Si
la Escuela de Jardinería desaparece, la ciudad de Sevilla perderá un referente
en lo que a la formación en jardinería y medio ambiente se refiere, y eso es un
lujo que la ciudad del azahar no se puede permitir.
Quizás
mi opinión no cuente por formar parte de la familia de la Murube, pero yo la
voy a contar, porque hoy en día es lo único que cuenta, la opinión.
A la Murube le debo todo lo que soy como profesional, y le debo aun más: mi amor por esta profesión, mi amor por la jardinería.
Pero ¿Qué es para mí la Murube?
La Murube no es solo un edificio pequeño con encanto al lado de la Plaza de España, la Murube son sus gentes, sus profesores, su personal y sus alumnos. Ellos son su espíritu. Un espíritu que se renueva cada año con un combustible llamado pasión e ilusión.
La Murube es el refugio de mentes perdidas que encuentran una salida a su apatía social.
Un espacio que solo por la colección de plantas que tiene, se debería mantener, pero para eso es necesario mantener a los que las mantienen.
Sería fácil pensar que pasaría si la escuela estuviese en otra latitud, por ejemplo cerca de Londres. Probablemente su personal no estaría en esta situación y seguramente mejor valorada. Por supuesto su cierre no se plantearía, porque sencillamente la Murube es NECESARIA.
Los que hemos estudiado jardinería sabemos que las podas drásticas tienen consecuencias graves para la salud y el desarrollo de un árbol. De la misma forma que pasa con un árbol, la escuela y su personal, han de continuar con la magnífica labor de formación llevada hasta el momento, para que en un futuro, Sevilla tenga zonas verdes de calidad, si esto no es suficiente motivo para mantenerla, díganme entonces cual.
Ahora quiero mostrar mi más sincero y solidario apoyo al personal docente y laboral de la escuela. Queridos Maestros me habéis dado un regalo que yo jamás podré devolver, me habéis transmitido no solo la sabiduría sino el amor necesario para ser lo que soy: JARDINERO.
Muchísimas gracias, deseo que se solucione pronto este conflicto sin sentido, mucho ÁNIMO y luchad hasta el final, vosotros os lo merecéis, la ESCUELA lo merece, la ciudad lo merece.
Sabéis que no podré ir a la manifestación pero mi espíritu y mi conciencia estará con vosotros, como lo estará la de Forestier, Romero Murube, Aníbal Gonzalez, Javier de Winthuysen y tantos otros que amaron esta profesión y esta ciudad y que jamás permitirían el cierre de la escuela.
A la Murube le debo todo lo que soy como profesional, y le debo aun más: mi amor por esta profesión, mi amor por la jardinería.
Pero ¿Qué es para mí la Murube?
La Murube no es solo un edificio pequeño con encanto al lado de la Plaza de España, la Murube son sus gentes, sus profesores, su personal y sus alumnos. Ellos son su espíritu. Un espíritu que se renueva cada año con un combustible llamado pasión e ilusión.
La Murube es el refugio de mentes perdidas que encuentran una salida a su apatía social.
Un espacio que solo por la colección de plantas que tiene, se debería mantener, pero para eso es necesario mantener a los que las mantienen.
Sería fácil pensar que pasaría si la escuela estuviese en otra latitud, por ejemplo cerca de Londres. Probablemente su personal no estaría en esta situación y seguramente mejor valorada. Por supuesto su cierre no se plantearía, porque sencillamente la Murube es NECESARIA.
Los que hemos estudiado jardinería sabemos que las podas drásticas tienen consecuencias graves para la salud y el desarrollo de un árbol. De la misma forma que pasa con un árbol, la escuela y su personal, han de continuar con la magnífica labor de formación llevada hasta el momento, para que en un futuro, Sevilla tenga zonas verdes de calidad, si esto no es suficiente motivo para mantenerla, díganme entonces cual.
Ahora quiero mostrar mi más sincero y solidario apoyo al personal docente y laboral de la escuela. Queridos Maestros me habéis dado un regalo que yo jamás podré devolver, me habéis transmitido no solo la sabiduría sino el amor necesario para ser lo que soy: JARDINERO.
Muchísimas gracias, deseo que se solucione pronto este conflicto sin sentido, mucho ÁNIMO y luchad hasta el final, vosotros os lo merecéis, la ESCUELA lo merece, la ciudad lo merece.
Sabéis que no podré ir a la manifestación pero mi espíritu y mi conciencia estará con vosotros, como lo estará la de Forestier, Romero Murube, Aníbal Gonzalez, Javier de Winthuysen y tantos otros que amaron esta profesión y esta ciudad y que jamás permitirían el cierre de la escuela.
NO AL CIERRE DE LA MURUBE, VIVA LA
ESCUELA!!!
Juan
Mingolla Aguilar
Jardinero
y alumno que será siempre de la escuela y sus maestros
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